Consejos prácticos para maestros: cómo acompañar a niños neurodivergentes en el aula. (Dr. Álvaro Albornoz)
En cada aula hay mentes diversas que aprenden, sienten y se comunican de maneras únicas. Entre ellas, se encuentran los niños neurodivergentes: aquellos con TDAH, autismo, dislexia, altas capacidades u otras formas distintas de procesar el mundo. Lejos de ser un desafío, su presencia puede ser una fuente profunda de crecimiento para todos, si se les acompaña con empatía, conocimiento y estrategias adecuadas.
A continuación, comparto algunos consejos prácticos para docentes que quieren construir aulas más inclusivas:
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Infórmate sin prejuiciosCada condición neurodivergente tiene características distintas, pero cada niño es único. Leer sobre el TDAH o el espectro autista no sustituye conocer a tu estudiante. Escucha a la familia, dialoga con especialistas, y sobre todo, observa con atención y sin etiquetas.
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Adapta, no excluyasAjustar no es hacer favores: es ejercer el derecho a una educación equitativa. Permite pausas activas, ofrece instrucciones escritas y verbales, reduce estímulos visuales si es necesario, y da más tiempo en evaluaciones. Estas adaptaciones no “bajan el nivel”, lo hacen accesible.
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Establece rutinas clarasLos niños neurodivergentes suelen beneficiarse de entornos estructurados. Comenzar el día con una rutina predecible, usar horarios visuales y anticipar cambios ayuda a disminuir ansiedad y mejora la disposición al aprendizaje.
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Cultiva la relación, no solo la instrucciónUn niño que se siente comprendido y valorado aprende mejor. Mira más allá de la conducta: muchas veces, detrás de una “interrupción” hay una necesidad no atendida. Un vínculo positivo puede marcar la diferencia.
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Dale valor a sus fortalezasMuchos niños neurodivergentes tienen talentos notables: una gran memoria, creatividad fuera de lo común, pensamiento lógico brillante, sensibilidad especial. Haz espacio para que brillen y contribuyan desde su potencial.
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Cuida tu propia salud mentalAcompañar niños diversos requiere paciencia, formación y contención. No estás solo. Busca apoyo en colegas, capacítate y reconoce tus propios límites. Un maestro que se cuida, cuida mejor.
La escuela puede ser un lugar donde cada niño se sienta visto, comprendido y celebrado. Acompañar a un estudiante neurodivergente no significa tener todas las respuestas, sino estar dispuesto a hacer el camino juntos, con respeto y amor.
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